El diario neoyorquino publicó que si AMLO llega a la presidencia de México habría graves consecuencias en el sector energético
Las intenciones de revertir la reforma energética, mostradas por el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, podrían provocar graves consecuencias tanto para México como para Estados Unidos, señaló el New York Times en un artículo publicado esta mañana, firmado por Clifford Krauss.
En la publicación se hace hincapié en que AMLO encabeza las preferencias electorales de cara a las próximas elecciones y eso ha generado nerviosismo entre el sector empresarial estadounidense del ramo energético, por las propuestas nacionalistas del político tabasqueño.
Y es que con la reforma energética aplicada desde 2014, México le abrió la puerta a la inversión privada en las áreas de exploración, perforación, construcción de ductos y la apertura de gasolineras.
Gracias a esto, empresas como Exxon Mobil y Chevron invirtieron miles de millones de dólares en el ramo petrolero mexicano.
En tanto, el candidato de izquierda, si bien ha moderado su discurso con relación a los procesos electorales anteriores, también es cierto que se ha mantenido firme en su intención de independizar la industria energética mexicana de Estados Unidos, apuntó Krauss.
López Obrador busca reducir la exportación de petróleo, cuyo mayor destinatario es Estados Unidos, optando por hacer fuerte inversión (cerca de 6 mil millones de dólares) para la construcción de refinerías que procesen el petróleo para consumo nacional.
Esto, obviamente, implicaría un impacto a Estados Unidos, puesto que se reducirían las exportaciones de gasolina a México.
Por otro lado, tanto el candidato presidencial como Rocío Nahle, quien ocupará la Secretaría de Energía en caso de que AMLO gane la Presidencia, han manifestado que congelarán las licitaciones en materia petrolera.
Además, han señalado que se revisará contrato por contrato para analizar si es viable o no mantenerlos.
Nahle ha declarado que buscarán reducciones en los precios de electricidad y gasolina, y reducir la dependencia que tiene México al gas natural producido en Estados Unidos, siendo la energía hidroeléctrica una opción para lograrlo.
Esto produciría una reducción de la venta de energéticos estadounidenses, lo cual generaría la saturación de esos productos y la reducción del precio del petróleo, perjudicando las ganancias tanto de México como de Estados Unidos.
“México es un socio energético clave para Estados Unidos, por lo que un alejamiento de las políticas actuales sería una tragedia para ambos países”, señaló al respecto Scott Sheffield, director de Pioneer Natural Resources, empresa texana petrolera y de gas, asegurando que eso “lastimará a México y Estados Unidos a largo plazo”.
El impacto que podría traer la aplicación de las políticas propuestas por López Obrador sería mayúsculo, ya que afectaría de gran manera la ganancia de las refinerías estadounidenses, viéndose afectada la producción petrolera en Texas.
Además, empresas como Exxon Mobil y Chevron se verían afectadas, al ya no poder realizar maniobras de perforación en el Golfo de México.
De igual manera se pondría en riesgo el superávit comercial que posee Estados Unidos con México en el rubro energético, el cual llegó a los 15 mil millones de dólares en 2017.
Ante la gran posibilidad de que López Obrador llegue a la Presidencia, la actual administración ha agilizado la licitación de contratos, para atraer a la mayor cantidad de inversionistas posibles, antes de que el actual presidente, Enrique Peña Nieto, deje el poder el próximo 1 de diciembre.
Algunos especialistas ven positivo el actual modelo mexicano, considerando un retroceso el regresar al anterior.
Faith Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía, considera que “dar una vuelta en ‘u’ a las reformas actuales sería en detrimento para la economía mexicana”.
“México necesita este cambio más que nadie más”, expresó Ali Moshiri, exdirectivo de Chevron en América Latina.
“Pemex ha sido un desastre, entonces siguen con la reforma, aunque podrían tomárselo con más calma”, agregó.
En caso de que la reforma energética de México sea derrumbada, el mercado internacional voltearía hacia otros países, siendo Colombia, pero sobre todo Brasil, las opciones más atractivas.
El detalle es que también en esos dos países habrá elecciones presidenciales este año y varios de los contendientes se han pronunciado contra la participación extranjera en materia energética.
“Eso crea muchas incertidumbres sobre la política energética”, expresó Lisa Viscidi, investigadora del grupo de análisis Diálogo Interamericano.
“A lo largo de América Latina hay varios aspirantes que quieren hacer grandes cambios al sector petrolero y revertir reformas previas. López Obrador en particular representa muchas amenazas directas”, opino Viscidi.
Aunque también varios especialistas y empresarios ven poco probable que se logren las intenciones de AMLO, ya que será difícil que obtenga el apoyo del Congreso para revirar la reforma energética.