Niña de Reynosa, Tamaulipas cumplió su castigo y aprendió una gran lección: “valorar lo que tiene”.
En redes sociales se viralizaron las fotografías de una niña cargando una caja de chicles con un letrero con la leyenda “vendo chicles porque no valoro lo que tengo”, los hechos ocurrieron en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas.
De acuerdo con los datos de la cuenta, en las fotos aparece la hija de Karen Mejía, una madre que en su afán de reprender a la menor por hacerle reproches sin fundamentos, la mandó a trabajar de sol a sol para que la pequeña aprendiera una lección: “valorar lo que tiene”.
Karen Mejía, difundió las imágenes con el siguiente mensaje: “Ojalá que nadie le comprará a esta niña para que en verdad sepa lo que cuesta la vida. #Lección con la peor de sus ropas y mucho calor, espero que entienda cuánto la amo y me esfuerzo por ella, no me da vergüenza, vergüenza es el comportamiento que ha estado teniendo”.
La mujer fue cuestionada por los usuarios de las redes sociales por el castigo que aplicó a su presunta hija, a lo que ella argumentó que solo se trató de una lección, y que por supuesto no vivirá de lo que venda la menor.
No sólo es que no valore, o que no lo haga una vez; ella es una niña increíble y como tal quiero seguir manteniendo esa línea, así que jamás olvidará que las cosas cuestan, que el cuerpo se cansa, que reprocharle a mamá que trabaja y a veces no esté, no es tan sencillo”, aseguró mediante una publicación en la red social.
Asimismo, expresó su preocupación por las decisiones de muchos padres en la actualidad. “Que ahora todos se sientan psicólogos expertos y permitan berrinches y actitudes extralimitadas por no causarles un trauma al regañarlos, no es la mejor opción; los que me o nos conocen saben la relación tan estrecha que tenemos, la unidad, complicidad y amor. ¿Creen que no me duele? No dejé de llorar, jamás he permitido que le falte nada. Jamás permito que nadie me la humille, yo soy su madre, lo único que tiene, le guste a quien le guste; pero esta es la sal de la vida, cada cabeza es un mundo. Gracias a todos por compartir conmigo. Hija, ¿qué aprendiste de esto?”, añadió Karen Mejía.